Para evitar los efectos secundarios que causan los medicamentos actuales contra esta dura enfermedad, hoy la medicina moderna ofrece un nuevo enfoque terapéutico para su tratamiento.
A simple vista no es más que un parche, más representa una solución eficiente de gran beneficio a los pacientes de Alzheimer. Además, brinda una mejor calidad de vida tanto al enfermo como a sus familiares.
Está compuesto del fármaco rivastigmina, inhibidor de ciertas enzimas en el cerebro. Funciona retrasando la progresión de enfermedad en el paciente. El 73% de las personas con enfermedad de Alzheimer necesitan ayuda para gestionar y tomar sus medicamentos, por lo que el papel del cuidador es relevante en la eficacia del tratamiento. En un estudio 7 de cada 10 cuidadores prefirieron el parche frente a otras formas de tratamiento por ser sencillo de administrar, además que permite un control visual de que fue administrado. Hasta ahora existen medicamentos orales muy eficientes, más sus efectos colaterales a nivel gastrointestinal, son difíciles de soportar, por ello, este parche es gran avance debido a que el paciente logra la dosis óptima, sin sufrir tantos efectos secundarios.
Los parches en la medicina se usan en diversos tratamientos, tales como reemplazo hormonal y depresión entre otros. Existe ahora un parche pequeño, que reemplaza la dosis oral pues libera el medicamento de forma paulatina y prolongada; una absorción lenta y directa.
Puede colocarse a nivel lumbar, en el brazo o en la espalda. Se cambia una vez por día, es práctico y funcional. Si bien no hay cura para la enfermedad, el medicamento mejora la calidad de vida, el funcionamiento normal, la memoria y atención, y disminuye la tensión del cuidador.
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